La corrupción descubierta involucra a toda la región. Los últimos descubrimientos han dejado en claro que a este esquema podrido le daba igual las opciones ideológicas de los Gobiernos de turno, actuaba por igual ya sean de izquierda o de derecha. En Perú, el remezón recién empieza y el terremoto promete ser de alta magnitud.
Y no solo se trata de robos y de que caigan peces gordos, peces chicos o el cachalote mayor, sino de todo lo que estamos enterándonos, porque no solo robaron un diezmo por cada obra, el robo fue peor: hipotecaron nuestro futuro y el de nuestras hijas e hijos. Lo de la Interoceánica es desfachatado; no solo pagaron cuatros veces más por el precio de una carretera que hasta ahora ha favorecido en mayor medida a la minería ilegal y a la trata de personas, sino que además ni siquiera tuvo Estudio de Impacto Ambiental, tampoco SNIP (sí, ese absurdo sistema que tantas personas hemos sufrido). El impacto negativo generado por esta carretera en la Amazonía será irrecuperable, las vidas robadas y perdidas por la trata de personas pesarán siempre sobre los responsables, la deuda que tenemos que asumir como pueblo por esta hipoteca se la haremos pagar hasta el último centavo a cada uno y cada una de los que lucraron con nuestra pobreza.
Por eso, ahora resulta risible ver a los mismos personajes en el Congreso de la República que fondearon el informe Pari haciéndose pasar como los paladines de la justicia, envalentonados amenazando a la Fiscalía. Nadie les cree. Y por si fuera poco, insultan, señalan que quienes criticamos su labor estamos a favor de tapar la corrupción. No, señores, no creemos en su trabajo y creemos, sí, que quieren tapar a sus jefes y despistar a todo el país.
Le toca ahora al Ministerio Público hacer un trabajo impecable, la responsabilidad histórica que tiene sobre sus espaldas no es poca; la estabilidad del país, el no desbarrancarnos como sociedad depende de que se conozca toda la verdad, de que no continúe la impunidad. Y ese solo es el primer paso, luego la posta pasa al Poder Judicial. Pero no saltemos etapas, la pelota ahora está en la cancha de la Fiscalía, es esta la institución que ahorita tiene la labor de abrir la herida en todo el país y limpiarla, sacarle toda la pus. ¿Podrán con tanto?